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La guardesa de Santa Comba de Bande

Al igual que miles de personas más, existe una señora en la localidad de Santa Comba, concello de Bande, que trabaja completamente gratis a diario para que un prelado, obispo o parrocucho privilegiado pueda correr por Galicia con el deportivo de la foto. Éste es el delirante e indigno testimonio del abuso de poder, el engaño y el latrocinio que los prebostes del catolicismo español siguen ejerciendo todavía. Menos mal que hoy podemos escribir sobre ello sin arder.

Hacia 675, en los albores del siglo VII, Alfonso III ordenó erigir una pequeña construcción que se conserva magníficamente hoy en día, para alegría y disfrute DE TODOS. La pequeña iglesia visigoda de Santa Comba de Bande posee unos muros de granito que otorgan una inmensa estabilidad, no solamente a su arquitectura, sino también a quien en ella se adentra. Una vez sobrepasado el pequeño atrio (fechado en el XIX y de peor factura), nos adentramos en un interior estrecho y soberbio, donde los enormes sillares de granito redondeados por los siglos dejan sitio a unos huecos iluminados por allí, unos altares romanos por allá. Nada que ensucie o distraiga del contundente espacio cruciforme casi perfecto.

Si esta experiencia (recomendable desde todos los aspectos) es posible es gracias a Mª Isabel, una señora de la población de Santa Comba que se encarga de abrir las puertas al viajero que desee visitar la ermita, pese a no cobrar un duro por ello. La Iglesia -dueña de hecho de esta joya visigoda, como de tantas otras maravillas del Patrimonio Español- no destina un euro para que todos podamos ir allí a ver esos muros, a sentir esas piedras. Ni siquiera se molesta en cobrar una pequeña entrada para ir sufragando las horas empleadas por esta señora, la limpieza de la misma o el mantenimiento del jardín circundante que, pese a todo, está precioso e impecable.

Algunos números:

  • Desvío del IRPF hacia la Iglesia: 256.200.000 € (datos de 2008)
  • Coste al contribuyente de la JMJ de 2012: de 20 a 25.000.000 €
  • IBI exento de los más de 100.000 inmuebles religiosos: de 5 a 6.000.000 €
  • Cheque libre de impuestos para conseguir los favores del Papa: 100.000 €
  • Precio de un Mercedes CLK 270 cupé: entre 55 y 65.000 €
  • Sueldo de la guardesa y mantenimiento anual de Santa Comba: NADA

A menos de 100 Km. de Santa Comba, en lo alto de Tui una señal de tráfico prohibe aparcar junto a la Catedral de Santa María, no por respeto al conjunto histórico, no por la estrechez de sus callejuelas, ni siquiera para que el paso de vehículos no moleste a terrazas y cafés. La prohibición para unos son el privilegio de otros. No es una salida de camiones de bomberos o la limitación de velocidad frente a un colegio. Es un ayuntamiento privilegiando y favoreciendo a aquellos que más tienen. La Iglesia en España tiene en propiedad algo más de 100.000 inmuebles, de los cuales solamente 55.000 son de uso religioso. El resto son aparcamientos, viviendas arrendadas, fincas rústicas, colegios concertados, locales comerciales, etc. Es decir: negocios.

Los millones de euros que un estado laico como “dicen” que es éste no cobra a la Iglesia en forma de Impuesto de Bienes Inmuebles se invertirán en especulación de propiedades, vivienda o productos de banca. Todo ese dinero invertido produce monstruosos beneficios, bastante bien ilustrados por un Mercedes de gama alta adquirido en 2003. Muy parecido posiblemente al de quien se convirtió en constructor cuando tocaba y se hizo millonario con levantar en el campo una o dos urbanizaciones. Unos y otros son más de lo mismo: sanguijuelas que no satisfechas con sangrar al país, luego nos pasan una considerable minuta por sus servicios.

Estos mismos curas que mueven millones de aquí para allá tienen sin ninguna impunidad esa maravilla que es Santa Comba de Bande completamente abandonada. La señora Mª Isabel supo fecharnos los frescos del ábside, nos habló de la última restauración importante (la de 1930 de Alejandro Ferrán), de las diferentes partes de la edificación, del origen de cada uno de los litos de época romana y de cómo y cuándo se había repuesto la teja que hoy se puede ver. Puede que la dijeran: “Para pagarle un sueldo a usted, ponemos de guarda a uno de nuestros amiguetes”, aunque no sepa más de arte que de mecánica de motores alemanes. Uno de esos amiguetes como el de la misma Catedral de Tui, que no quería dejarnos hacer fotos para vendernos a continuación un cd con 40 imágenes hechas a saber por quién. ¿Acaso sería el dueño del Mercedes?. Pasan los siglos pero los curas siguen pidiendo limosnas en cepillos de oro.

Hemos visitado innumerables ermitas, santuarios, iglesias y otros lugares de poder pagano. Nos gusta. Nos chifla. Hemos escuchado al conserje de San Millán de la Cogolla contarnos cosas mil veces más interesantes que la guía de Patrimonio. Hemos conocido a la guardesa de Santa Cristina de Lena, cuyo padre fue también el encargado y su abuelo reconstruyó una de las capillas laterales levantando piedras con Menéndez Pidal. Ambos tienen sus sueldos, su horario y su dignidad. Lo de Mª Isabel no llega ni a eso, y sin embargo sigue ahí día a día contestando al móvil y acudiendo a abrir cuando alguien se encuentra la ermita cerrada.

A quienes lean este texto, les animamos que vayan a ver Santa Comba de Bande, que llamen a esta abnegada señora con algo de antelación, ya que puede estar en el mercado, con sus nietos o en el médico. Y que si en este lugar se sienten bien, que sepan que no es gracias ni a la Xunta, ni al Obispado ni a los vecinos, sino solamente a ella. Gracias Mª Isabel.

Gracias.

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