Era demasiado interesante para no intentar grabarlo. Un método de pavimentación y protección que lleva 5000 años utilizándose pero que hoy sigue causando extrañeza. Para nosotros el último de los trabajos de un proyecto de rehabilitación de la zona de acceso y el jardín de un edificio de viviendas, con un interesante catálogo de patologías y con un número de condicionantes que han hecho que la ecuación no fuese fácil de resolver.
La denominación de asfalto fundido aquí en España ya es motivo de confusión, ya que se usa también para nombrar al aglomerado asfáltico. Éste ha sido el motivo de tantas dudas, confusiones y esfuerzo a la hora de poder tener en Madrid a Balgorza-SNA, la que probablemente sea la mejor empresa especializada en asfalto fundido del país, que ha estado presente en obras como el BEC de Barakaldo, la Expoagua en Zaragoza o la Plaza de la Alegría en Álava.
El material que hemos utilizado en este proyecto no es el de las calles y autovías, sino una mezcla ya preparada de grava, arena, filler y betún que se produce, transporta y se da forma en caliente. Otra diferencia significativa con el aglomerado es que no necesita compactación posterior ya que la temperatura de la mezcla hace que sólo haya que dejarla escurrir. Salvo quizás en el norte de la Península -y sobre todo en Euskadi- no tenemos demasiada cultura ni referencias urbanas importantes. Por no haber, no hay ni normativa reguladora, a diferencia del resto de países europeos. En París, por ejemplo, más del 90% de las calles, andenes y accesos están hechos con asfalto fundido.
El día 3 de Septiembre empezó muy pronto. A las 7:30 ya estaban las dos cisternas en la obra, los dúmpers en marcha y los cubos de madera en remojo. Los trabajos previos y remates que la empresa Ars Tectónica había dejado ejecutados en rejillas, acerado y zócalos fueron impecables con lo que se pudo empezar a asfaltar de inmediato. Se vertieron casi 17 toneladas de asfalto fundido que vinieron por la noche en dos pequeñas cisternas desde la planta que Balgorza tiene en Vitoria hasta el centro de Madrid. Y se vertieron a mano, cubo a cubo, pasandolos en cadena, extendiendolos en el suelo y talochando poco a poco. Un proceso completamente artesanal que duró sin descanso hasta las 15:3o. Cubos de madera y brazos sin importar la distancia ni la superficie, es decir, como los romanos.
Suponemos que es lógico que llamase la atención. A lo largo de la mañana fueron numerosas las personas que desde la acera observaban los trabajos. El olor característico, el camión-cisterna cromado, la cadena de cubos humeantes de madera, el aspecto blando y orgánico del asfalto antes de talochar… novedades para el barrio y el remate final de una obra de algo más de un mes de duración de la que estamos contentos y orgullosos.
Por la gran experiencia que ha sido descubrir y trabajar con asfalto nos gustaría dar las gracias a José Luis Navarro, al Rubio y al resto del estupendo equipo de Balgorza que vino a Madrid. Pero especialmente y con respecto al desarrollo del proyecto entero, queremos agradecer la ayuda tan grande que nos han prestado Miguel Boillos y Laura Sevillano. No sabemos si hubiésemos sido capaces de terminarlo sin ellos, pero de haberlo sido, desde luego no hubiera quedado así de bien. ¡Gracias!.
Esta es una pequeña selección de fotos de aquella mañana:
El video ‘Asfalto fundido en Madrid’ y la fotos del artículo con el mismo nombre son contenido original. Fueron publicados por primera vez por palotes arquitectura y se encuentran bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported