Forjado peludo
Forjado peludo
Forjado peludo

Forjado peludo

El salvapantallas de Windows XP no representa lo dulce y lo atercipelado. La Naturaleza no es así. Es salvaje, implacable, desaturada y vengativa. Por eso dicho salvapantallas ni relaja, ni confunde, ni representa otra cosa que una superestructura construida por los individuos más misántropos de nuestra especie. La historieta naif y cursilona contada por Charles O’Rear acerca de su fotografía no nos la creemos.

Después de un gélido paseo por el monte y una buena sopa, imitábamos ante el fuego los dibujos de Paolo Soleri en los que una cáscara edificada infinita cubría a varios metros de altura el suelo original del planeta, totalmente hollado por nosotros y sin más recursos que explotar. Un “forjado peludo”, con acabado en césped transgénico, resistente a la atmósfera ácida y disponible en variedad de tonos sería para muchos un buen modo de esconder las huellas del fin de nuestra historia. La verdad es que trabajamos y discutimos junto al fuego duramente esa noche. Para nosotros.

Para soñar un poco.

Porque nos dio la gana.