<!--:es-->12 viviendas VPO en Sanlúcar de Barrameda<!--:-->
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12 viviendas VPO en Sanlúcar de Barrameda

Al no haber podido participar en la anterior convocatoria nos metimos con gran ilusión en este concurso, escogiendo -de entre varios temas- el residuo residencial de la calle Comisarios de Sanlúcar de Barrameda. En él se proponían viviendas en una forma picuda, angulosa y afectada por absurdas servidumbres de propiedad. Todo ello se traducía en un auténtico reto proyectual, normativo pero sobre todo geométrico.

Ni las bases ni la normativa exigida de supresión de barreras pudo aplicarse sin dolor. Pasar de 10 viviendas a 11 resultó duro, pero añadir una más fue dramático. Aún así, fuimos la propuesta que mayor número de unidades habitacionales propuso tal y como se solicitaba en los requisitos originales. Decimos originales porque durante las sucesivas semanas del proceso, las bases se relajaron a raiz de las peticiones de los concursantes ante la “imposibilidad” de meter las viviendas necesarias.

Así el reto de “un mínimo de 12 viviendas” se transformó en la blandura de conseguir “el mayor número de viviendas posible”. Llanto y risas.

En nuestras escapadas a la ciudad de Cádiz pudimos ver cómo la vida más rica se hacía en la playa, en los puertos y también en esos patios interiores que no son de nadie y sin embargo son de todos. Desde un principio acertamos con la idea: dos patios (ni uno ni tres), que conectan por la planta común, pero que mantienen sus características de luminosidad, distancias, soleamiento y vecindad. Como un modelado del vacío antes de permitir que la construcción encierre el aire de modo irremisible. Es un moldeado de los patios y de la vecindad que estos generan, desde el primer boceto. En este caso la casa es molde y de ella toma forma la convivencia entre las personas que en el fondo son principio y fin de un proyecto como éste.

Se puede observar en los dibujos claramente que la planta adquiere dimensión horizontal mientras que el vacío del patio se apodera de la vertical. Como bien decía Pepe Morales: “pareciera que éste quiere crecer y aquella desparramarse”.