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B-20671160 Chillida Leku, S.L.

Esta historia va de lo recientemente acontecido en el museo Chillida Leku, donde se habrá escuchado algo parecido a lo que, mientras trabajábamos cuando éramos estudiantes, tuvimos la oportunidad de escuchar:

—Como hemos tenido que aumentar el precio de ejecución en la cantidad que comentamos por teléfono, los honorarios tendrán que ser de 12 millones de pesetas más.
—¿Doce millones?. Eso no es dinero Ignacio, sin ningún problema.

Esta es una actitud típica española una vez que las carencias de la posguerra mitigaron, la de creer que el dinero público se encuentra en pequeños sacos, fácilmente acarreables y disponibles para el primero que los pida. No importa que lleven el nombre de subvenciones, ayudas o variaciones en los presupuestos. Hasta hoy, pedir no cuesta nada. Desde luego, bastante menos que trabajar, invertir o madrugar.

Nuestro antiguo blog comenzaba con los comentarios acerca del cierre del museo Chillida Leku en Hernani, cuando las negociaciones entre la familia del escultor que gestiona la sociedad mercantil Chillida Leku S.L., el Gobierno y la Diputación fracasaban al no aceptar de parte de estos organismos los 80 millones de euros por los que se hubiera traspasado la obra y los terrenos. La razón de no aceptar dicha oferta era que “se desvirtuaba el concepto del museo y de lo que el escultor había creado”. Tampoco quisieron aceptar subvenciones ni programas pequeños “de 1 o 3 años”, sino que los pedían “de 20 o 50”, ni siquiera pensando en sus trabajadores sobre los que se solicita ERE de suspensión para que así todos paguemos sus despidos. Como puede intuirse, el nivel de vida de esta familia no debe ser modesto. No es de extrañar la calificación de la prensa de este circo como “culebrón cultural”.

En 10 años esta sociedad ha acumulado un déficit de más de 2 millones de euros y para hacer frente a la deuda no tienen ningún reparo en vender alguna escultura de vez en cuando para ir tirando. De este modo, un mes antes del cierre del Museo a finales de 2010, se vendieron 12 piezas que descansan ahora en el exclusivo club de golf Isleworth and Country Club en Florida. Según la familia, ésta “es la forma más adecuada de promover el legado”. Tres meses después se realizó otra subasta por la que por tres piezas se ingresaron más de 3 millones de euros. En tres meses se han vendido 15 esculturas de Eduardo Chillida (hay que recordar que el número de piezas expuestas al aire libre era de 40), todas ellas a colecciones y entidades extranjeras, pero Chillida Leku S.L. no se sonroja al solicitar a continuación subvenciones y cuantiosas ayudas a muy largo plazo a las administraciones públicas españolas.

La medida de subir los precios de la entrada ya no era una opción en el momento de su cierre. El Museo Chillida Leku la cobraba ya al precio de 8,5 €., es decir, una entrada nada barata en comparación con el precio del resto de instalaciones de este tipo. El abanico de precios de las entradas de los 38 museos de Bellas Artes españoles es muy amplio: en casi uno de cada cuatro la entrada es gratuita, pero en otros, como el Guggenheim, el precio del billete es de 11 euros y llega hasta los 13 euros en las grandes y frecuentes exposiciones temporales. Son tarifas más elevadas que las de otros grandes museos de referencia como El Prado y el Thyssen-Bornesmiza que cobran 8 euros, o el MNCARS que cobra 6. Los otros son el Museo Salzillo (de 3 a 5 euros), el Bellas Artes de Bilbao (de 5,5 euros a 6 euros) y el museo de la Fundación Joan Miró que aumentó sus precios 0.50 euros, igual que el de Bellas Artes de Bilbao, pasando a cobrar 8,50 euros, lo que lo sitúa entre los museos más caros del país junto con otras pinacotecas catalanas como el Museo Picasso de Barcelona (9 euros), el Museu Nacional d´Art de Catalunya (8,5 euros) y el Museo Dalí (11 euros, el segundo más caro del país después del Guggenheim). [Estos precios son a día de publicación de este texto].

Mucho mejor que nosotros explica este caso de contradicción el escritor Jose Luis Merino en El País, donde critica esa política familiar de no abrirse al mundo si no es para poner en venta la obra del maestro, todo para evitar esa desvirtualización del museo que mencionábamos al principio. “El caserío no lo vemos como un lugar en el que se pueda exponer obras de otros artistas”— dicen los familiares. Endogamia empresarial que les ha llevado a no invitar, ni montar ninguna retrospectiva conjunta con los amigos y contemporáneos de Eduardo Chillida, ni siquiera con los guipuzcoanos, a lo largo de sus 10 años de apertura.

Hoy en los periódicos aparece la noticia de un “ultimátum” de la familia Chillida con el que insta a las administraciones públicas a que den una respuesta definitiva para el Museo en no más de 6 meses, bajo la amenaza de que “hay muchos lugares en los que podría estar mejor”. ¿No vendrá este farol motivado por la candidatura de San Sebatián a la Capitalidad de la Cultura Europea para 2016?. ¿Se trasladaría el museo Chillida Leku a principios de 2012 a otra parte con la cantidad de visitantes y de bárbaras subvenciones que puede significar dicha capitalidad?. ¿A nadie de la sociedad Chillida Leku S.L. se le ocurre alguna fórmula que no sea ir vendiendo poco a poco su patrimonio?. Si. Una mejor. La de las subvenciones públicas millonarias. Por pedir que no quede.

Hemos elegido la imagen de la vejada escultura “Lugares de Encuentro V” situada en la Plaza Alfonso VI de Toledo en primer lugar por estar muy poco publicada, y en segundo para denunciar una vez más actos como éste. Nos apasiona la obra de este genio. Cuando estudiábamos y no había ni un duro nos gastamos lo que no teníamos en sus exposiciones, libros y catálogos. ¿Qué decir de las pintadas?. El malestar del autor y su familia estuvo más que justificado. La terrible fotografía, de Marisa Muñoz, está tomada del periódico 20 minutos.

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